Paramos un momento a comer. A la vuelta, Medina se ofreció a llevarnos a recoger los cuadernos a Indusing y el material que le compramos hasta el centro Bonó.
Pusimos rumbo a la fábrica de cuadernos y allí, de nuevo, nos esperaban con los brazos abiertos. Una vez recogidos los cuadernos, fuimos por toda la ciudad en su pick up cargados hasta arriba con todo:
1008 cuadernos (7 gruesas) + 24 cuadernos de estraperlo que metió el cargador al enterarse de que eran para Haití (!! información que recibimos de Medina a posteriori)
1000 lápices
3500 lápices de colores
900 gomas
1000 sacapuntas
90 barras de pegamento
36 rollos de cello
1000 rollos de papel pinocho
3200 folios de papel construcción (tipo cartulina rústica)
1000 bolis
250 mochilas (no fuimos capaces de encontrar más)
232 cajas de plastilina de colores
250 tijeras
Cartulinas y folios blancos
Total, todo el dinero, y un poco más, convertido en material escolar para los chavales de Haití. Multiplicado, como los panes y los peces, gracias a la gente tan espectacular que se nos cruzó en el camino.
Pero esto solo fue el comienzo...
Labor ingente y mucho trabajo. Esperemos tenga sus frutos.
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